¿Qué es la Ansiedad?
La ansiedad es una emoción adaptativa. Su objetivo es iniciar una respuesta automática de nuestro organismo ante estímulos externos e internos que percibimos como peligrosos o amenazantes.
Siendo un estímulo externo un evento que sucede y un estímulo interno lo que pensamos, sentimos o incluso imaginamos.
Una vez que nuestro organismo detecta un posible peligro, libera hormonas como el cortisol o la noradrenalina para generar cambios que nos ayuden a luchar o huir. Estos cambios incluyen el aumento de la tasa cardiaca, dilatación de pupilas, tensión muscular o focalización de la atención en detalles relacionados con la situación.
Todos los cambios físicos que genera la ansiedad, nos ayudan a estar atentos y reaccionar con gran rapidez frente a cualquier situación. Imagínate reaccionando para apagar una sartén que prende fuego en la cocina, sujetando a un niño rápidamente al lanzarse a la calzada justo cuando va a pasar un coche o si vas conduciendo, la forma como estiras el brazo para proteger al acompañante cuando das un frenazo. En estos casos agradecerás que tus pupilas estén dilatadas para percibir mejor los detalles de lo que ves, o que tus músculos estén tensos para permitirte una reacción rápida para detener al niño que cruza o proteger al copiloto.
Ante un peligro real e inminente, la ansiedad es increíblemente adaptativa y beneficiosa.
Pero… ¿Qué sucede cuando la ansiedad se genera en situaciones de incertidumbre o ante situaciones que no requieren una reacción rápida e inmediata?
Síntomas de la Ansiedad
Algunos de los síntomas más comunes de la ansiedad son:
- Aumento de la frecuencia cardíaca, palpitaciones o taquicardias
- Elevada presión arterial
- Respiración acelerada
- Presión o dolor en el pecho
- Falta de aire y sensación de asfixia
- Mareos o vértigos
- Náuseas, vómitos, cólicos y otros malestares gastrointestinales
- Irritabilidad
- Tensión muscular
- Dolor de cabeza
- Sensación de fatiga
- Insomnio
Un síntoma importante pero no físico, es estar en un continuo Estado Emocional Negativo. Está demostrados que existen sesgos cognitivos que nos llevan a procesar mejor la información congruente con nuestro estado emocional: Cuando estamos alegres, tendemos a recordar eventos felices y ver el lado positivo de las cosas. Por el contrario, si sentimos ansiedad, tendemos a recordar eventos que nos han provocado esta emoción, fijarnos más en lo negativo e incluso, pensar e imaginar situaciones similares o peores que nos generan aún más ansiedad.
Tal como sucede con los síntomas físicos, este sesgo puede ser de gran utilidad, ya que nos ayuda a recordar rápidamente cómo hemos actuado en situaciones similares para encontrar soluciones, o a imaginar que otras cosas pueden ocurrir para generar planes alternativos. Si este estado se mantiene en el tiempo debido a situaciones que se escapan de nuestro control y no sabemos cómo manejar, nos potenciará la ansiedad: nuestro organismo seguirá preparándose para el ataque o la huida y persistirán o incluso empeorarán los síntomas físicos arriba mencionados.
Técnicas Para Controlar la Ansiedad
Existen diferentes métodos para controlar la ansiedad. El más adecuado dependerá del nivel de ansiedad que estemos experimentando y qué técnica nos atrae más o nos funciona mejor.
Los Casos Leves y Moderados son aquellos en los que sentimos preocupación, agobio y pensamientos recurrentes sobre situaciones que nos causan malestar, pero por lo general dormimos bien. En estos casos, lo ideal es desacelerar y encontrar alguna técnica de relajación que nos guste, como ejercicios de respiración, auriculoterapia o meditación.
Aquí te dejo un post donde podrás encontrar varias técnicas efectivas contra la ansiedad con más detalle: 5 Métodos Para Controlar la Ansiedad.
Existen casos de Ansiedad Severa, en los que preocupación y el agobio dejan de ser puntuales y empiezan a ser una constante en nuestro día a día. Pueden aparecer Síntomas Físicos. Los más habituales son: tensión muscular; dolores de cabeza; problemas estomacales como colon irritable, hinchazón abdominal, estreñimiento o diarrea; presión en el pecho; falta de aire; taquicardias o insomnio. Entre los Síntomas Emocionales podemos sentir nerviosismo, miedo, indecisión, apatía, falta de concentración o rumiaciones (continuo desfile de pensamientos que nos generan estrés o malestar y no podemos controlar ni parar).
Si estos síntomas persisten pueden llevarnos a experimentar crisis de ansiedad, ataques de pánico, ansiedad patológica o incluso depresión. Es recomendable consultar con un especialista que nos oriente. Consulta aquí como la hipnosis clínica te puede ayudar en este tipo de casos.
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